1. Televisor: Se parece el Sagrario a un televisor donde realmente está presente el que nos habla y ama, y le podemos hablar y nos oye.
2. Horno: una patata cocida se puede comer y una no cocida no se puede comer por su acidez o amargor. La persona que vive la Eucaristía termina "cocida" y su vida será un alimento de amor y servicio a los demás. Sin la Eucaristía no se cura la soberbia y egoísmo de cada uno.
3. Capilla de plaza de toros: El torero antes de salir a la lidia de reses bravas se pone ante sus estampas o imágenes en la capilla de la plaza de toros y sale templado y seguro de éxito. Con la vida eucarística sale la persona templada para la lidia de las reses bravas que lleva dentro: soberbia, rebeldía, ambición y comodidad.
4. Plancha: Con la edad nace en el corazón una arruga de complejo de inutilidad, inferioridad, arrinconamiento; y la vida eucarística anula esas arrugas del corazón con una humildad y alegría grandes.
5. Despensa: El don de Cristo a sus fieles es el Espíritu y todos sus dones y frutos. En la vida eucarística está la fuente de la paz, alegría, amor, bondad, amabilidad y servicialidad...
6. Motor: Jesús en la eucaristía s el motor de arranque de la inercia a la actividad apostólica, y motor de mantenimiento de la marca de amor y servicio a los hermanos.
7. Freno: En Jesús está la capacidad de negarse a si mismo, de decir que no a los caprichos y de dominio de la sensualidad.
8. Libro de catequista: Todo catequista o predicador tiene en el Sagrario una fuente de inspiración y creatividad en la predicación del Evangelio. Sobre la base de los estudios de preparación de la catequesis, el Sagrario de la unción, la audacia y una conexión con el público, al que Dios llama para su provecho espiritual.
9. Escuela del amor activo: Dice Juan Pablo II que "la Eucaristía demuestra qué valor debe tener a los ojos de Dios todo hombre, nuestro hermano y hermana, si Cristo se ofrece a sí mismo de igual modo a cada uno bajo las especies de pan y vino".
10. Cultivo de amor social: "El culto de la divina Eucaristía mueve fuertemente el ánimo a cultivar el amor social, con el cual anteponemos al bien privado el bien común; hacemos nuestra la causa de la comunidad, de la parroquia, de la Iglesia Universal, y extendemos la caridad a todo el mundo, porque sabemos que en todas partes existen miembros de Cristo" (Pablo VI).